Jorge Edson Contreras Calderón suena a vuelo por donde se lo lea. Piloto de parapente, aficionado a las alas delta, experto en rescates, es en el fondo una especie de padre bonachón para muchos pilotos ecuatorianos.

Es quien llama pára ofrecer transporte hasta en sitio de la compe. Quien de su manga de mago saca un bariómetro para asistir al piloto descuidano que no lo llevó al despegue. Es el que generoso ofrece un cigarrillo así sea en medio del más desolado desierto. Ayuda a “tender” la vela antes del ”takeoff”. Le regala un consejo al oído si algo anda mal por allí. Es decir, “Papá George” es el papá de los pollitos.

Cuado va por allí, de rescate, siempre tiene una anécdota relacionada con el vuelo, el prevuelo o el postvuelo. Muy discreto, eso sí, las infidencias no son lo suyo; se las guarda con candado.

Piloto aficionado, el vincularse con los rescates es una forma de estar cerca de su hijo Jorge Andrés, quien hace poco se alzó con el primer lugar en el campeonato nacional de parapente Copa Piedechinche, en el pie de monte colombiano. Aunque Jorge Jr. llegó al parapente de la mano, inspiración e insistencia de Daniel Moreira, “Papá” George es su principal manager. Claro, es su padre de carne y hueso.

En el próximo mundial de parapente en Guayaquil, “Papá” George comandará los rescates. Seguro que durante siete días en su doblecabina estará lo mejor de lo mejor en este mundo del vuelo libre. No será novedad, Jorge Contreras Calderón, también lo es.